Siempre me ha fascinado la magia porque el ilusionista es la persona más honesta del mundo, sabes perfectamente que te va a engañar.
Empecé mis estudios en neuromarketing precisamente porque estoy firmemente convencido de que los procesos en los que trabajan un ilusionista y un marketer son los mismos, solo que el primero busca generar un fuerte asombro para entretener, y el segundo generar percepciones para crear conexiones y desencadenar una acción de compra.
Ambos trabajan con los mismos esquemas cognitivos y creencias.
Si te hiciera creer firmemente que puedo convertir el agua en vino, ¿comprarías mi método?
En los juegos de magia siempre existe la premisa de que lo que vemos no es real.
En la comunicación de productos y servicios esta premisa no existe.
El marketer trabaja sobre la percepción de la confianza.
Construir una marca en el mercado significa, precisamente eso, crear la premisa para que nuestra promesa al mercado sea creíble.
Para ser creíbles, debemos trabajar sobre la autoridad percibida de la marca.
La autoridad se construye con estrategia, tiempo, recursos y sacrificio.
Ahora te diré algo que quizás no esperes…
La autoridad se construye con humildad.
Solo adquirimos autoridad cuando somos conscientes de nuestra vulnerabilidad.
El primer paso para diseñar una buena estrategia es descubrir con detalle nuestras debilidades para poder protegerlas y mejorarlas.
Un buen ilusionista conoce los puntos débiles de las percepciones humanas.
Un buen marketer empieza trabajando sobre las debilidades de la empresa o marca para ser consciente de los posibles puntos de ataque y así jugar con antelación.
Repito: sobre la conciencia de la vulnerabilidad se construye la autoridad.
Una buena estrategia empieza por los puntos débiles.
Pero la estrategia es eso que todo el mundo sabe hasta que hay que ponerla en práctica, pero esa es otra historia.
¿Te has preguntado alguna vez cuáles son los puntos débiles de tu marca o empresa?
Empieza porque es asombroso.
Abracadabra
DANI
